dijous, 5 de febrer del 2015

¿Qué es un koan?

Koan es la forma japonesa de pronunciar la palabra china gong'an, que significa "caso público" y refería originalmente a registros de casos judiciales que se hacían público y podían funcionar de precedentes, según lo entendemos actualmente en derecho.
En zen, un koan es un registro de un encuentro o evento sobre el que uno ha reflexionar pues sienta una especia de "precedente" en relación a nuestra práctica diaria. Los koans son así breves narraciones con una lógica peculiar, muchas veces absurdas, que intentan transmitir un poco de verdad sobre el zen de una forma oblicua, no conceptual.
Es difícil generalizar sobre los koans. La mayoría de ellos tienen la forma de breves diálogos entre un maestro que ha conseguido despertar versus un monje que todavía lucha por conseguirlo. Normalmente el monje expresa una pregunta que realmente le acongoja, de la que necesita saber la respuesta para seguir su práctica, y la respuesta -siempre peculiar e inesperada- del maestro le da la pista para llegar a la iluminación, al despertar.
Pero como decía, es difícil generalizar. Algunos koans no incluyen ningún diálogo, sino que describen un acontecimiento con una sola persona implicada, a veces ninguna. Otras veces hay diálogo, pero no entre maestro y monje, sino entre maestro y una persona corriente, una anciana por ejemplo, pero también el emperador Wu. Otras veces son poemas extraídos del corpus de literatura china clásica.

El koan más conocido y citado es  seguramente el siguiente:

Un día un monje preguntó a Joshu: ¿Tiene un perro naturaleza de Buda?
Joshu respondió "Mu".

"Mu" es una partícula negadora del japonés, así que también podríamos decir que Joshu ha respondido "no" a la pregunta del monje.

¿Qué tiene de peculiar este intercambio? En la tradición mahayana -de la que el budismo zen forma parte- todos los seres sentientes tienen naturaleza de Buda; un perro es un ser sentiente por lo que un perro tendría que tener naturaleza de Buda. ¿Cómo puede ser que un ser despierto como Joshu cometa un error tan garrafal o, aún peor, mienta descaradamente?
Por otro lado "Mu" no es exactamente "No", es una partícula que se pone delante de otra para negarla. Así "Mu Yama" sería decir que algo no es una montaña, pero solo no tiene demasiado sentido. Sería como si alguien nos preguntara si queremos cenar y contestarámos "ni". Se entiende que estamos negando, pero no lo hacemos con el adverbio esperado.

Otro koan famoso es:

¿Cuál es el sonido de una sola mano?

Como pregunta es ciertamente peculiar. Un sonido lo asociaríamos a algo que normalmente genera sonidos: un trueno, una nevera, un ruiseñor, una catarata... Las manos no generan sonidos normalmente.

¿Qué deberíamos contestar?

Otras veces los koans nos piden llevar a cabo una acción imposible, como por ejemplo:

Detén el sonido de una campana en un templo distante.
¿Cómo se consigue eso?

Las respuestas creativas no funcionan: hacer chasquear los dedos de una mano para mostrar el sonido de una sola mano o hacer el gesto de disparar un bazooka para derribar el templo distante y así silenciar la campana no conseguirán más que una sonrisilla del maestro zen que inmediatamente después hará sonar la campana para indicar que la entrevista ha terminado y tenemos que irnos.


La relación  de los koans con la poesía no es ni mucho menos accidental. Como argumenta Victor Sogen Hori en su libro recopilatorio Zen Sand, la práctica de los koan surge en buena parte de la tradición china de los ejercicios poéticos.
Ahora nos resultaría extraño, pero una de las cualidades más importantes de los funcionarios imperiales en la China clásica era su conocimiento en poesía. Siguiendo las indicaciones de Confucio, se esperaba que los funcionarios, cortesanos, asesores del emperador etc. fueran capaces de recitar sin problemas cualquier poema perteneciente a la colección de Las Odas y tener talento literario para crear sus propios poemas.
Ello implicaba que fuera una práctica común en la corte del emperador los juegos florales elaborados con poesía: poemas escritos a cuatro manos, lanzar un verso y  ver quien era le primero en saber quien era el autor y a que poema pertenecía, etc.
Una de las prácticas más fascinantes era improvisar un poema a dos, en directo, un poco al estilo de una jam de hip-hop. La primera persona lanzaba un breve poema -un haiku por ejemplo- y la otra persona tiene que crear uno o pocos versos que sirvieran para cerrar el poema, como un remate, por decirlo así.
Históricamente, los koans se respondían de la misma forma: el maestro lanzaba un koan al alumno, por ejemplo "Cuál es el sonido de una sola mano", y éste tenía que producir una "frase de remate" o "frase de cierre" ("capping phrase" es la expresión inglesa) para mostrar que lo había entendido.
Según evolucionó la práctica de los koans aparecieron libros recopilatorios de frases de remate. Son libros fascinantes, que contienen proverbios tradicionales, fragmentos de las Odas, frases de maestros zen famosos, fragmentos de obras filosóficas de Confucio, Mencio o del Dao De Djing, etc.
Al enfrentarse a un nuevo koan, el alumno revisaba su libro recopilatorio y pensaba qué frase sería la perfecta para capturar el espíritu del koan. Una vez convencido de que había encontrado la frase correcta, se la proponía al maestro, que decidía si el estudiante había pasado el koan o por el contrario tenía que volver a reflexionar.

¿Qué función tienen los koans en el contexto de la práctica budista? ¿Cómo funcionan? ¿Para qué "sirven"? Lo comentaremos en una próxima entrada...


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada